Instantáneo y fugaz

Por Andrés




Una cabellera relativamente larga y aromática al frente mío fue lo primero que encontré esta mañana al despertar. Eran las 7:28 de la mañana, estaba aclarando de a poco. Me desperté antes que él pero no me levanté, no hice nada más que descubrirlo de las frazadas y contemplarle su espalda, su piel blanca y su cuerpo perfecto que aquella noche había sido de los dos. Tenía mis piernas, el culo y las manos pegajosas por el lubricante que me había puesto él la noche anterior. Estábamos los dos pegajosos, pero aromáticos. Estábamos los dos compartiendo mi cama, yo escuchándole su respiración y él, quizás, soñando.
 A los minutos después suena la alarma de su celular. Lo apagó y me dijo "cinco minutitos más" y lo abracé e hice que dormía, pero no dormí. Cinco minutos más sintiendo su respiración, guardando su aroma en mi recuerdo y acordándome de lo que habíamos hecho los dos horas atrás.

 Seis de la tarde del domingo 23, tercer día solo en casa. Mis papás se quedaron un día en Valdivia antes de devolverse. En pijama comencé a ordenar el desastre del carrete de marihuana, pizza, Cocacola Light y South Park que con el José Pedro tuvimos la noche anterior. Pasé la aspiradora en la alfombra de la sala de estar, vacié los ceniceros llenos de colillas de cigarrillos y colas de caños, abrí las ventanas y le di de comer a Benedetti. No había comido nada en todo el día, pero tampoco tenía hambre. Aún así adobé una pechuga de pollo que no me comería para meterla al horno, cuando de pronto me llamaron al celular.

-Hola, soy el loquito del Manhunt, me diste tu número.
-Mmmm, especifica.
-Thebloodyroll (no es este en verdad)

 Su perfil era recatado, nuevo, sencillo, una foto de él borrosa y un "Solamente masculinos" de descripción. En una locura le dije el viernes que nos juntáramos, que estaría solo el fin de semana y le dejé mi número. Me llamó yo estando en pijamas, sucio, sin ánimos y sin ganas de nada más que ordenar un poco para que el lunes en la mañana la Peca no se encontrara con la cagá en la casa. Pero a pesar de estar desganado le dije que sí, que nos juntaramos un rato siquiera a conversar.

-Entonces a las diez. Anota que te daré mi dirección exacta, con Google Maps es sencillo llegar. Es un condominio, así que cuando estés afuera me avisas.
-Dale. ¿Fumas yerba?
-Sí, caleta.
-Entonces llevaré.

 En esta casa se ordena todo, la Peca limpia hasta la bodega, excepto mi pieza: desde que una vez encontró una caja de condones y se la mostró a mi mamá, a la Peca nunca más la dejé entrar a mi pieza, así que el aseo corre por cuenta mía y en realidad nunca ordeno mi pieza... excepto esa tarde, esa tarde por instinto arreglé mi pieza (pudiéndome haber llevado a este tipo a follar a otras habitaciones más grandes y menos personales).

 Después de haber ido al supermercado por un sixpack de cervezas y cigarrillos, me duché, me llené el cuerpo de talco y me vestí con ropa normal, ni muy pretenciosa ni muy desordenada. Eso sí, me preocupé de perfumarme correctamente. Con el notebook entre las piernas me senté a esperarlo en la sala de estar. Mientras me fumaba un cigarrillo y me tomaba una cerveza, en el Facebook del blog puse un estado radical y aweonao no sé por qué, quizás de nervios.

 10:45 de la noche, me llama al celular. Le di el número de mi casa y el guardia por el intercomunicador me confirmó, lo dejé entrar. Llegó a la casa en un bonito Samurai negro. Lo primero que vi cuando se bajó fue su altura, luego me dejé seducir por su pelo, por sus facciones y luego por todo lo demás. Era mino el weón, su cara era perfecta, sus movimientos, su aura y su volá eran bacanes.
 Nos instalamos en la sala de estar a tomarnos unas cervezas y a ver un concierto de Nirvana. No bien se sienta me pasa una máquina llena de marihuana. Sacó unos papelillos y me hizo liar uno, mientras tanto conversamos y estábamos los dos nerviosos, estúpidos y algo torpes, pero todo eso se soluciona con marihuana y después de dos caños y mucha cerveza la conversación era fluida, tranquila y alejada del sexo como cualquier conversa trivial entre dos amigos que se conocen desde hace mucho.

 2 de la mañana. Estábamos los dos en la cocina, la casa estaba en silencio y desde la sala de estar se escuchaba el concierto. Nos preparé unos vasos de whisky con Cocacola y seguimos conversando, el efecto de la yerba estaba desapareciendo pero los dos la estábamos pasando super, cagados de la risa y bien en confianza.
 De vuelta a la sala de estar me pregunta -¿Haremos algo?.


 Apagamos las luces y nos empezamos a comer. Ahí en el sofá nos empezamos a fundir los dos, el efecto de la droga volvió. A la mierda los tragos recién servidos, los puchos consumiéndose en el cenicero. A la mierda todo, ahí mismo nos empezamos a desvestir de a poco y en un reguero de ropa subimos a mi habitación. Se tiró en mi cama y encima de él me tiré yo. Mi piel con su piel, mis manos recorriendo su torso suave, terso y perfecto. Mis labios recorriéndole sus labios, su cuello y con mi boca entera marqué sus dos orejas.  Todo iba perfecto, todo iba muy perfecto. Le pedí que se pusiera boca abajo y sin miedo metí toda mi cara entre sus dos montañas de perfección para encontrarme con la agradable sorpresa que su culo era enteramente delicioso. Sin dudarlo le lamí todo, en un momento me encontraba metiéndole los dedos, y por dentro me derretí en gozo porque todo su interior era más perfecto aún.
 Le dolía, le dolía mucho mi pene adentro de él. Si bien yo estaba caliente, también estaba consciente de que no podía ensañarme con él, así que sin lamentarme nada y acordándome que no había comido nada desde la noche anterior me acerqué a su oreja y le dije -Métemela tú a mí.

 Con mucho cariño me besó. Sin miedo recorrió todo mi cuerpo con su lengua y me lamió ahí, en donde yo trabajo y no me trabajan a mí. Decir que tenía su rostro entero intentando entrar es poco, porque me dilató con todo. Se echó lubricante en los dedos y jugó con mi ano por un buen rato, besándome la espalda, el cuello y haciéndome sentir bien. La tenía enorme, así que jugueteó con su masculinidad antes de metérmela. A pesar de todos sus esfuerzos me dolió mucho, y cuando no aguanté más le dije que me dolía. Ahí me pidió perdón con mucha sinceridad y me abrazó y me besó con cariño para que se me pasara el dolor. En nuestras bocas teníamos el sabor del otro. Estábamos los dos igual de dilatados, con el culo pegajoso por el lubricante. Era tarde, hacía frío, iban a ser las 5 de la mañana y él tenía que ir a la universidad a las 9. Nos metimos debajo de las sábanas y nos abrazamos.

 -¿Quieres seguir intentándolo?
 -Sinceramente no, con tenerte en mi cama y haber pasado esta noche contigo estoy feliz, muy feliz y no quiero que se acabe esto. Quédate esta noche conmigo y durmamos juntos.

 Cuando lo fui a despedir a la puerta lo abracé bien fuerte. Todo lo de Manhunt es instantáneo y fugaz, sé muy bien que quizás no lo vuelva a ver jamás.



PD: Si lees esto perdóname por estar contando esto. Creo que en algún momento de la noche te dije que era escritor amateur.


9 comentarios:

  1. Me encanto...
    wow... entragaste lo tan preciado!



    saludos
    Clau

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  2. cásate con el weon, es ahora o nunca, es el mino que estas buscando, deja el sexo, drogas, carretes, etc y estabilizaste, por lo menos un rato, aunque dejarás a muchos viudos </3

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  3. que tierno un amor de manhunt

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  4. Valor Andrés, ve por ese hombre!

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  5. Vo dale!!!!

    A la chucha el miedo, los prejuicios y los tapujos!
    Jugátela mostro!

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  6. Que lindo weon, un sexo cariñoso fugaz y desconocido

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  7. juegatela por el, si le entregaste el chico es por algo jajajaja
    Saludos Andres!

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  8. sí no quieres dejarlo ir, no lo hagas, ve por él :), sigue disfrutando :D

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