Nadie Sabe Cómo Terminará el Día

Por Andrés






   En síntesis, me eché todos los ramos del semestre. Por inasistencia, porque buenas notas tengo. Debería dar unos cuántos exámenes en estas dos semanas y librarme de todo problema, pero sé muy bien que no estudiaré y al final no iré a rendir nada. No me arrepiento ni me arrugo. No me arrepiento de ná'. 
    ¿Por qué falté tanto a clases como para echarme los ramos? porque mi novio -como el Runrun- tenía que irse para el norte. Las pocas horas de sol de mis días no podía desaprovecharlas sentado en una sala de clases, aprendiendo sobre la ontología del lenguaje y esas mierdas. En vez de eso, de la mano de mi gringo, me fui a recorrer aquellos lugares que la gente ensimismada de esta ciudad no quiere disfrutar. Comí mucha fruta, caminé, fumé marihuana, saqué fotos y vi todos los atardeceres de estos tres últimos meses. Pero si hoy estoy feliz, es porque para llegar acá tuve que caminar mucho entre las zarzamoras. 

   Mi año nuevo no fue tan entretenido como pensé. Eran las 3 de la mañana del primero de enero y solo había abrazado a dos personas. Con el pelo largo, algo subido de peso y con ojeras me fui a bailar con mi mejor amiga. No brillé en ninguna parte porque no me sentía resplandeciente. Desde lejos miré a varios muchachos como yo y quise ser como ellos, si bailé y disfruté un poco, fue porque en mi mente me imaginé ser otro. Empecé el año queriendo ser otro, sumido en una depresión que arrastré por años, solo y llorando en silencio. Ni Brasil, ni la marihuana y ni el verano fueron capaces de darme alegría. Tampoco el sexo ni la plata. 
   Después de varias peleas, de noche enteras en vela y de dejarme estar, en el suelo me di algo de valor y me metí a terapia para descubrir que en mis manos tenía mi vida entera, más valiosa que la cresta. Pero todo lo bueno cuesta mucho, me costó demasiado poder reformular mi existencia y eliminar lo que no se necesita. Me deshice de amigos, de costumbres y de pensamientos, después de mucha pega. Yoga, tiempo libre, mucho descanso, yerba y ejercicio me sirvieron para sacarme buenas notas en la universidad. El primer semestre fue una lucha constante para no recaer en lo que me hizo mal por años. Ahí, entre asanas, caños y responsabilidades me di cuenta que soy un ser extremadamente funcional, eficiente e inteligente. Me fui a vacaciones de invierno con un excelente promedio, sintiéndome bien conmigo mismo. Pero me faltaba algo. 

   Nadie sabe cómo terminará el día. Con ese leitmotiv me levantaba cada mañana, me duchaba profusamente y me arreglaba como si fuera el día más importante del año. Sintiéndome mino, olorocito, caminé por las calles de esta ciudad y aprendí a enfrentar la vida. Con seguridad todo surge más rápido. En esa volá conocí a mi pololo, y mi existencia tomó otro sentido. Él, un extranjero, el prototipo de hombre que siempre quise para mí -parecido incluso a mi actor porno favorito- llegó a mi vida y se enamoró de mí. Yo también de él. 
   Con esta nueva forma de ver el mundo y con esta nueva apreciación de mi persona, pude entablar una relación amorosa sana que jamás imaginé tener. Al darme cuenta que con él podía lograr todo lo que quise lograr antes, me senté a reformular mi vida de nuevo y a aprovechar el tiempo. Me di cuenta que cada día es una nueva oportunidad y que a pesar de estar en la universidad, mis estudios podían esperar un semestre: pasé mi vida entera esperando este momento, no podía desaprovechar siquiera los segundos. En pocas palabras, mi gringo fue terapéutico para mí, porque mostrándole mi país pude reencantarme con lo que por años tuve conmigo, pero que jamás me atreví a disfrutar antes. Chile es la república del atardecer, porque el cielo nos regala 365 puestas de sol que están ahí, gratuitas para apreciar. Nadie se detiene a ver como el sol se funde en el mar. Si no se disfruta en soledad, no se puede disfrutar en compañía. 

   Joseph debía devolverse a Estados Unidos hace una semana atrás, pero sacrificó todo y se quedó un ratito más. En enero debe irse, porque le quedan solo unos meses para terminar su carrera. Pedirle que se quede conmigo sería egoísta, así que lo esperaré lo que deba esperar para que con la madurez del tiempo podamos emprender un largo camino juntos, si así el destino lo desea. Quiero irme con él. De desamores sé bastante como para darme cuenta que su amor es verdadero. No debo hallar nada ni interpretar nada en donde no hay, porque me ha demostrado con hechos lo que necesito saber. A diferencia de todo lo que escribí antes, esta vez es amor con todas sus palabras. Amor sin llanto, amor sin falsas intenciones. Sé bien que esta relación puede durar porque me conozco, soy un gran partido, y juntos podremos ser muy felices. Pero a pesar de todo, mi felicidad no se la debo a él: mi felicidad depende de mí. De sacrificio nace el amor verdadero, y podría estar un buen rato escribiendo un listado de sacrificios que hemos tenido que hacer juntos para ser felices. No vale la pena sufrir por lo sacrificado, si los frutos son tan buenos. 


   La felicidad -al igual que la inteligencia- tiene diferentes tipos. Y es la felicidad el combustible primordial de la vida. Sin ella, no sirve de nada planificar un futuro, es armar un sueño sin una base sólida. Pero para ser feliz, hay que aprender a serlo. ¿De qué sirve trabajar tanto, para llegar a viejo sin ser feliz con lo que se cosechó? Primero, hay que aprender a disfrutar de lo sencillo de esta vida, de la soledad, de lo barato y de lo que verdaderamente importa para después pasar a grandes aspiraciones. Si dejé de lados mis estudios este semestre fue para mejor. No lograría nada con tener un título esperando ser feliz, teniendo todo el tiempo del mundo para hallar la verdadera felicidad. La felicidad está dentro de uno, enrollada en una madeja de miedos y dolores. Hay que darse el tiempo para sentarse y encontrar en uno mismo lo que se esperó lograr con entes externos. Ese tesoro que siempre se quiso, siempre se tuvo. 

   Una de estas tardes, sin plata, agarré una bolsa con manzanas y me fui a caminar con mi pololo. Llegamos a la playa, el día estaba precioso y no había nadie. A lo lejos, en un hotel de lujo, se celebraba un casorio. Mucha plata se divisaba desde donde estábamos los dos. Quizás la felicidad de ellos era mayor que la nuestra -quizás- porque para hallar la felicidad, no hace falta la plata: hace falta tiempo, y tiempo todos tenemos de sobra. La vida es una sola, amigos. ¿Se acuerdan de todo lo que sufrí y de todo lo que quise ser algún día? Terminé el año no como lo empecé, y para eso necesité tiempo. Es cosa de que ustedes también se decidan a ser felices. Los invito a ser felices: es gratis, no cuesta nada más que tiempo. 


7 comentarios:

  1. Wn siempre me haci llorar!! Jajajajajaja, escribes boneeeeto. Siento que yo debería hacer lo que tu hiciste, como enfrentar tu realidad, olvidar todo lo que te rodea y preocuparte solo por lo que realmente es importante.. Tu felicidad. Y chao con lo demás. Te admiro a cagar por eso. Saludos de alguien que leyó todo tu bloggggggg.

    ResponderEliminar
  2. Antes esto era inimaginable en el blog, sorpresas nos da la vida. Aprovecha tu tiempo con el gringo. Un abrazo
    Santiaguino
    PD: Me pregunto ¿cual será tu actor porno favorito?

    ResponderEliminar
  3. Hola :) andrés, medio cambio de esta entrada con las del otro blog xd, pero algunos cambios son buenos, como lo que te pasó a ti, me dio risa lo de los asana djajajajajaj, I like que seas feliz, siempre te dejo mi comentario en tus entradas porque me gusta saber de ti, I like, el exfan

    ResponderEliminar
  4. Me alegro demasiado por ti Andres. Leerte últimamente me da esperanzas

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te juro que me pasa lo mismo!! Ojalá encontrar alguien con el que el amor sea mil veces más fuerte que lo que nos rodea.

      Eliminar
  5. Te leo y te siento asi hermano como aquella ves que sincronisamos en Vrinda aunque fue un saludo fugas te vi radiante y feliz acompañado de ese ser dorado sencillo y sutil . Me alegro saber que su ser encontro el equilibrio el no tiempo la magia y el estar presebte en el aqui ahora ademas le sumamoa el amor la mejor vibracion hermano. Te mando un abrasol gigante que las bendiciones sigan que siempre camines por el centro eres un ser hermso y se que nos sincronisaran denuevo un apapacho y muchos colores mariposas risas para su lindo presente . Inlakech Aloha Amor

    Caminante del Cielo Rezonante
    E.M

    ResponderEliminar
  6. Amé tus lineas, tu humor, tu amor, tu aventura, y sin duda la valentía de decir "a la mierda el semestre, estoy sintiendo, estoy viviendo".

    Gracias Amigui

    ResponderEliminar