Por Andrés
Un corazón piadoso me mandó un código para el Manhunt de regalo, ahora tengo membresía ilimitada por algunos días.
Hoy amanecí con frío, se suponía que me levantaría temprano a trotar a la playa pero no, me la ganó el frío y me dormí hasta la 1. No almorcé, solo me duché y me fui a la U. A las cuatro estuve libre, me devolví a la casa, me encerré en el Manhunt y seguí masturbándome la cabeza pensando en un pendejo que me empezó a hablar. Él me agregó al Whatsapp y lo primero que veo es su foto de perfil, de frente, mirando a la cámara con los ojos penetrantes, su piel con un tono amarillento, nariz perfecta: era el Gustavo. Quizás como en el Retrato Oval me sumí en un momento viendo su foto, porque bien sabía que aquel pendejo era igual al Gustavo, pero no era Gustavo. Cuando me convencí luego de un rato que era lo más cercano que podía llegar a tener del Gustavo, lo llamé por teléfono: no me contestó.
Pasaron dos horas y no me contestaba el teléfono. Estaba caliente, vicioso, aromático y sumido en un espiral weón de calentura y deseo, deseo de tener en mis manos lo más cercano al Gustavo. Pero me di cuenta que estaba mal, que lo que estaba haciendo me estaba matando de a poco. Me cambié de ropa, agarré mis zapatillas, mis audífonos y salí a trotar por el barrio.
Llevaba tres kilómetros y estaba cansado. Si bien la música estaba prendida, el humo de las chimeneas y de las Boscas me tenían mal, aletargado, chato y con la garganta apretada. Paré en seco, con la polera me tapé la boca y caminé de vuelta a la casa, derrotado y en parte triste.
Iba a la mitad del camino y me suena el teléfono: era el pendejo. Le contesté porque igual en el fondo estaba emocionado. Lo primero que escucho fue una voz de pendejo hueveado, algo amanerada pero naíf. Detesto a los weones amanerados, pero seguí hablando con él igual: era lo más cerca de tener al Gustavo.
Me contaba que estaba solo, que sus papás habían ido a Santiago por el día y que teníamos una hora para que lo desvirgara. Estaba caliente, tenía una erección debajo del short negro, pero algo en mí me dijo que no lo hiciera, algo en mí -a sabiendas que sería lo más cercano de follar con el Gustavo- me hizo decirle que estaba ocupado.
Solo atiné a contestarle un "para otro día", me volví a poner los audífonos y seguí trotando a pesar del humo: trotar es lo único que me distrae la mente.
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Andrew pasa el código y culeate al pendejo ;)
ResponderEliminarAntes era el pito ahora es trotar, una por otra. Pucha, ojalá que algún día pueda andar más controlado por la vida y olvidar al chicoco en cuestión.
ResponderEliminarSaludos
Mejor que sea algo sano lo que te distrae. Deberias intentar el volver a hablar con Gustavo, en una de esas resulta.
ResponderEliminarSaludos Andres.
Andres weon creo que si vas a tirar con el pendejo solo por que se parece al Gustavo no lo hagas, es fome. Imagínate que no se parece y te desilusiona. Tira con weones ricos y sácate al Gustavo de la cabeza, y si no puedes hace algo para volver a tomar contacto con el y le dices todo lo que sientes por el.
ResponderEliminarOtra cosa, que se siente tener membresia? es lo mismo? o que wea? xd Chao Andres, fantaseo contigo en las noches pero me da miedo :$$$$$ <3
Estupido, rico y sensual andres, queremos mas entradas! Te mando una chupá de glande para que te motives.
ResponderEliminarSaludos