2013

Por Andrés




"Nunca escriba el título primero, que el título restringe"  me dice mi profesora. Ella no sabe que así redacto yo.

 Si tuviera que elegir entre el polvo más memorable de este año, no sabría cuál sería, no considero a ninguno tan valioso y tan memorable como para pensar siquiera. Ahí se me fue este año, otro año más en donde me encuentro solo. 365 días en donde me rellené la cabeza con sexo, orgasmos, cuerpos ajenos, manos ajenas, bocas ajenas, culos ajenos, casas ajenas y pensamientos ajenos.
 Hasta mayo sabía bien que no tenía VIH, ahora no sé nada... a pesar de todo no tengo miedo: ahora le tengo miedo a otras weás. ¿El amor? amor no encontré este año, me dejé engañar por el sentimiento ajeno, por el deseo de varios primerizos que no se enamoraron de mí, solo les gustó como me comportaba en la cama. Se me olvidó que también podía ser un objeto de deseo para un otro. Soy un objeto de deseo: me llaman para tener sexo o para fumar de mi marihuana, no para saber cómo estoy. Me desean, pero no me aman.
 ¿Se acuerdan del tipo que me invitó a su casa dos noches seguidas, el de la entrada anterior? después de varios encuentros me di cuenta que solamente estaba atraído hacia mí porque le daba buenos orgasmos. Nada más.  Y así fue con casi todos.

 Hoy, 30 de diciembre del 2013, me siento a escribir esto para contarles que ahora ni siquiera cuento con el amor de amigos, ya no tengo amigos: me pelié con todos, hasta con los weones de la universidad. Ellos me dan lo mismo, como que les tengo odio y no pena. Para tener pena por dejar weás atrás hay que tener ganas de volver. Yo no tengo ganas de volver a hablarles, a conversar, a que me cuenten sus weás. Quiero que se vayan, quiero que me dejen tranquilo. ¿Me pelié yo con ellos? no, ellos conmigo. Estoy tratando de convencerme de que estoy mejor sin ellos.

 ¿Amor? ni amor a la marihuana tengo. La marihuana pasó a ser mi alcohol. Antiguamente tomaba para carretear, ahora tomo cervezas al almuerzo, estudiando, viendo tele, de aburrido, de sed. Así me pasó con la marihuana, ahora fumo porque hay, y cuando no hay NO HAY. En este 2013 no pasó nada.
 En realidad pasó todo, más de lo que tenía que pasar: lo que no quiero es que vuelva a pasar por lo que pasé.

 Filo, filo y filo. Filo. Me miro al espejo y digo FILO. Manejo el jeep y digo FILO. Hay marihuana, hay sol, hay auto y bencina y digo FILO. Entre una paja y un polvo digo FILO y me duermo la tarde entera. A la hora de almuerzo digo FILO y me guardo el plato de ensalada y me lo como a la hora de onces, como comida una sola vez al día. Sé de buena fuente que uno de esos weones con los que me enojé sabe que soy gay y lo anda diciendo por ahí a todos y FILO. Ya nada me importa.

 Inicios del 2013, verano. Sentado en un bar de la playa. Empanaditas y cerveza. Cerveza y cigarrillos. Marihuana, risas. Conversaciones con los amigos. Finales del 2013, verano. Sentado en la cama haciendo zapping. Ya no hay amigos. No hay ni empanaditas ni cervezas. Sí marihuana, sí cigarrillos, no amigos. No risas. FILO.

 Polvos con marihuana: Un maricón -el de turno- jadeando con los ojos desorbitados, orgasmo fuerte, me desea y me besa con ganas. Me babea la cara entera porque jadea, de drogado. ¿Amor? no, amor no: ganas, calentura, obsesión PERO NO AMOR.

 Puedo dilatarme a un maricón en 2 minutos. Puedo hacerle acabar con los puros dedos. Me sé unas poses geniales. Me puedo llevar a un maricón en el auto y tirar en un mirador secreto que tengo, mirando a la ciudad mientras le meto el pene contra el jeep y FILO, no lo quiero hacer, no le quiero dar en el gusto a nadie.

 Antiguamente creía que debía hallar el amor en alguien. Me consideraba un weón la raja, un posible buen partner: seco en la cama, seco para hacer sentir bien a cualquiera. Estaba dispuesto a satisfacer a todos, hoy no quiero amar a nadie, no quiero encontrar a nadie, no quiero darle en el gusto a nadie. FILO.

Filo con todos. Filo la universidad. Filo la navidad. Filo el año nuevo. Filo el blog, ya nisiquiera ganas de escribir tengo, ni de redactar una noticia, ni un tweet. No tengo ganas de nada. De lo que sí tengo ganas es que la gente se me acerque a mí. De que un weón llegue a mí, no de andar como anduve este 2013: andar buscando amor, buscando sexo, buscando droga, buscando risas y buscando felicidad. Ya no, si llega bien y si no llega FILO.

 Años anteriores anduve de casa en casa. De terraza en terraza. Me movía en el jeep de cama en cama demostrando mis dotes, mis maniobras y virtudes para ver si así enganchaba a alguien y sí, lo logré: enganché a varios, me garché a varios y con eso me los enganché. La personalidad... ¿quién mierda considera a la personalidad hoy en día? Ni los weones a los que creía mis amigos se engancharon con mi personalidad. Me miro al espejo y digo FILO. Manejo el jeep y digo FILO. Se me acabaron los perfumes, ya no uso nada y digo FILO. ¿Ser carismático? FILO WEÓN, FILO.

 Hace dos semanas atrás tuve sexo con un weón. Era rico, me gustó mucho su físico. Yo su primera vez buena, porque su REAL primera vez fue en un peladero, con otro weón que lo hizo recagar de dolor. Yo no, le metí el pico como corresponde. No me pidió que parase, me pidió que siguiera. La noche entera con él. Dormí con él. Estuvimos horas besándonos y acariciándonos. ¿Fue memorable? no lo fue, quizás para él pero no para mí. ¿Quiero que me vuelva a llamar para darle otro orgasmo? Noup, no quiero. No quiero acabar encima de él. FILO.
¿Otro polvo memorable? Puedo estar la noche entera aquí, escribiendo polvos y llegaría a la conclusión de que ninguno fue memorable. Todos me pidieron más, pero ninguno se detuvo a pensar "¿por qué?". Les aseguro que para ninguno fui desvelo, ni ganas de algo más. Solo quisieron sexo, y les di sexo, tanto que me siguieron buscando por el sexo. Por nada más.

 Amor no quiero. Amigos no quiero. Sexo no quiero. Pololo menos.