I'll always be Andrés Ossandón

Por Andrés

 Llevaba -creo- tres o cuatro páginas escribiéndoles un adiós. Y lo estaba haciendo como de costumbre, sin aforismos, con algo de lírica, con sazón dulce y un poco de poesía, pero pensé que quizás se entendería poco y se daría para interpretación. Así que me sinceraré con ustedes y les hablaré de manera sencilla.

 Cuando inicié el blog, en el verano del año pasado con el Francisco, jamás pensé que se hiciera tan famoso, que me leerían y que incluso forjaría amistades. Comencé a escribir detrás del anonimato del internet porque es muy difícil ser adicto al sexo, ser un pervertido en la cama, lidiar con el constante temor del VIH y no poder contárselo a nadie.

 La semana pasada follé con dos hombres distintos el mismo día, consumí drogas e hice cosas que mis viejos no se imaginarían que yo hago en mi tiempo libre, y después llegué a casa y me senté a cenar con ellos y no pude decirles nada. Es muy difícil tratar de llevar la vida normal que trato de llevar sin poderle decir nada a nadie. Hay veces en las que me gustaría sincerarme y contarles a todos que en realidad soy distinto, que detrás de la imagen loser y un poco aletargada que trato de demostrar hay un tipo sexual, caliente y adicto al gemido ajeno. Pero no puedo, no puedo no porque no quiera ni tampoco porque me de vergüenza decir quién soy (yo me considero un weón la raja) sino que porque mi círculo y mis semejantes no están preparados aún para saber quién soy.

 Gracias al blog adquirí una fuerza supranatural en donde me podía desquitar sin miedo a que nadie me juzgara, a que solo me leyeran y me comentaran diciéndome que me habían leído. Me daba lo mismo si lo escribía bien o lo escribía mal, solamente lo escribía: aquella experiencia que me daba escalofríos, aquel polvo que me recorría la cabeza el día entero lo podía escribir, contar y liberarme, como quien lo grita en el medio del desierto sin miedo a que nadie me escuchara. Aquí en el blog nadie me conocía, nadie sabía quién era. Fui tan libre que lo conté todo, con lujo de detalle, con la descripción exacta de cada uno de los hombres con los que tuve sexo alguna vez. La semana pasada me senté con un lápiz y papel a tratar de recordar todas las veces que follé con desconocidos y llegué a la suma de 112 hombres, 112 hombres que están allí afuera y que pueden saber de mí más de lo que yo sé de ellos. De los 112 uno se atrevió a encararme y apretarme el cuello.

 A mí Facebook real me llegó un correo hoy. Provenía de un perfil falso. El mensaje no era amenazador, pero me hizo pensar sobre mi futuro, algo en lo que no me había detenido a pensar siquiera. El tipo este me dejaba en claro que los dos habíamos follado antes, me describió a la perfección, me explicó que sabía en donde estudiaba, quiénes eran mis padres, que no uso ropa interior, la marca y color de mi auto y de mi costumbre de usar condones Rough Rider. Me contaba que el sexo conmigo había sido genial, que en más de una ocasión nos volvimos a reencontrar, pero que lamentablemente se había encontrado conmigo de nuevo no de forma física sino que por el blog. Le fue fácil buscarme, saber más de mí y elaborarme un perfil real que me cagaría para siempre. Era tan fácil como decirles a ustedes y decirles a mis amigos quién era realmente. Pero no lo hizo.

 "¿Qué será de ti cuando el blog salga a la luz?" me preguntaba el tipo. Y lo pensé la tarde entera, ¿qué mierda sería de mí si todos los que me conocen se enteran del blog? sería como un balde de agua fría porque no tendría tiempo siquiera para reaccionar. Sería una guerra perdida en contra mía, porque alguien que no sea yo le dirá a todos lo que he tratado de ocultar por años. Al menos me permitiré el lujo de contarlo, de decírselo a todos pero seré yo el que hable, no otro. El tipo prometió no decirle nada a nadie, pero me pidió que pensara bien lo que estaba haciendo.

 Hoy en la tarde fui al supermercado y en una góndola de productos en liquidación había un cuaderno blanco, pequeño, de tapa dura a $700. Lo compré con la intención de hacerlo mi diario de vida, porque tampoco puedo dejar de escribir así como así. Quién sabe, quizás algún día saque un libro. Siempre quise escribir un libro, al menos ahora tengo el material para hacerlo.

 Me tengo que despedir del blog. Esta vez no porque me hayan descubierto (siempre intentan desenmascararme pero fallan) sino porque en realidad debo irme con mis demonios a otra parte, quizás a una colina lejana a fumarme un caño y pensar en lo que hice. Seguiré siendo siempre el mismo, el mismo animal de sangre caliente que siempre he sido. Quizás muera pronto, quizás seguiré siendo un alcohólico, drogadicto y sexual hasta viejo, como lo fue Bukowski, no lo sé. No traten de seguirme, no traten de buscar a mi otro yo: Siempre seré Andrés Ossandón, el otro weón es de mentira, es un alter ego que uso para despistar.

 Nos vemos pronto, prepárense que se viene el libro.



 Andrés Ossandón.




 PD: El Twitter y el Facebook seguirán como siempre, así que agreguen :)
 PD2: Gracias, flaco, gracias por hacerme recapacitar.